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Casa do Pinhal - Conjunto de Viviendas en Línea Quinta da Barca
Esposende
1995 - 2002 |
De la Quinta no queda casi nadie de su estado original. Apenas quedaron los muros que la delimitan, alguna vegetación y el río como paño de fondo.
Ahora es un conjunto de lotes en régimen de comunidad de propietarios, situado en un lugar apacible y de gran belleza natural.
Mediante esta transformación, el espacio físico de la Quinta ya solo parece tener sentido como “recinto” que sirve para contener otras construcciones, otros usos y otras personas.
La intervención a la que el proyecto se refiere, se limita a una parte de los lotes, no siendo permitida alteración alguna en sus reglas básicas: el número y la dimensión de los lotes deben ser integralmente respetados; el trazado viario y las infraestructuras que se asocian (ya construidas) tienen que ser mantenidos; y la tipología de ocupación inicialmente prevista solo puede ser modificada circunstancialmente.
Es aquí que la idea de recinto, como afirmación de individualidad, pero también de privacidad, adquiere sentido como posibilidad de proposición de una doble escala: Aquella que es exclusiva de la unidad “recinto” en si misma y que resulta de las necesidades del habitar; y aquella que resulta de la repetición de esa unidad, como respuesta al recinto mayor que es la propia Quinta.
Esta duplicidad de escala también se verifica en el tratamiento diferenciado atribuido a los dos pisos que constituyen las cuatro franjas de viviendas: como garantía de independencia espacial y funcional que debe señalar su articulación; y también como manera de posibilitar el desplazamiento de uno respecto al otro, de modo que se permita obtener un mejor ajuste entre la configuración del y el conjunto trazado de las calles que diseñan los lotes. Este modo de ordenar los edificios no es más que un compromiso entre la escala que caracteriza la unidad y la escala resultante de su repetición.
Es a partir de este compromiso que se desarrolla el diseño del conjunto, en la convicción de que la excepción, cuando acontece, solo sirve para revelar los elementos que constituyen la unidad, haciendo que su repetición se haga aún más explícita.
El mundo de las formas es muy restringido. Por eso mismo, y menos mal que así es, las repetimos infinitamente. Lo que es variable, y simultáneamente permanente, es la urgencia de su combinación. |
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