Sanjotec
La forma de los edificios busca reinterpretar y reforzar la idea de patio, lo entiendo como una especie de “placeta” – punto de encuentro entre el exterior y el interior.
Así se explica el “posar” de los pisos superiores y las “patas” que los soportan, localizadas en la proximidad de los cuatro vértices que definen el perímetro exterior del podio que diseña la base del edificio, lo cual ya no es más que un mecanismo topográfico que sirve para “preparar” el terreno para recibir el edificio.
Es a partir de aquí, y de ese espacio central, desde el que la composición se establece. Está en su mayoría cubierto y es visualmente permeable en su relación con el exterior.
Hacia arriba, las plantas superiores se sobreponen alternadamente, como si de un juego de niños se tratara.
Cambian de posición para acentuar la permeabilidad con la que se quiere dotar al conjunto y para que no subsista cualquier sentido de dirección.
Se trata tan sólo de armar la neutralidad que debe señalar la presencia de los edificios de modo a evitar que asuman cualquier tipo de protagonismo, ya que tal cosa sería inadecuada respecto al lugar que ocupan en el conjunto.
En arquitectura lo que verdaderamente importa no es el atributo, que de hecho es siempre subjetivo, de que un edificio sea bonito o feo, sino la capacidad de revelar el sentido conceptual que le da cuerpo. Que sea funcionalmente eficaz será seguramente lo mínimo que se podrá exigir siempre a una arquitectura que se precie.
